Rosario Murillo, la extravagante mujer de Daniel Ortega y poderosa vicepresidenta de Nicaragua
BBC Mundo: Los detenidos han sido acusados de distintos delitos -como «menoscabar la independencia, la soberanía y la autodeterminación del país o incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos» – en lo que muchos ven como una cruzada de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, para eliminar cualquier posible competidor de cara a las elecciones de noviembre.
La comunidad internacional aumentó en los últimos días la presión sobre el gobierno nicaragüense para que libere a los detenidos y a decenas de «presoso políticos» encarcelados en las protestas que estallaron en 2018.
Al lado del presidente Daniel Ortega, siempre hay una mujer delgada, de exuberante cabello rizado y ropa de colores fuertes.
En sus discursos, en sus visitas oficiales, incluso a la hora de votar en las elecciones, no se separa de ella.
No sería incorrecto decir que es su asesora, aunque es mucho más que eso.
Es Rosario Murillo, «la Chayo», esposa de Ortega.
En 2017, el presidente nicaragüense fue investido para su cuarto mandato, de cinco años, y tercero consecutivo, junto a su esposa como vicepresidenta.
Redacción * – BBC Mundo
jue, 17 de junio de 2021 4:31 p. metro.
Rosario Murillo
Son muchos quienes consideran a la mujer de Ortega como el verdadero rostro y voz del ejecutivo.
La ola de arrestos de opositores al gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua no deja de crecer.
Los detenidos han sido acusados de distintos delitos -como «menoscabar la independencia, la soberanía y la autodeterminación del país o incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos» – en lo que muchos ven como una cruzada de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, para eliminar cualquier posible competidor de cara a las elecciones de noviembre.
La comunidad internacional aumentó en los últimos días la presión sobre el gobierno nicaragüense para que libere a los detenidos y a decenas de «presoso políticos» encarcelados en las protestas que estallaron en 2018.
Rosario Murillo y Daniel Ortega
Rosario Murillo, esposa de Daniel Ortega, es vicepresidenta de Nicaragua desde 2017.
Al lado del presidente Daniel Ortega, siempre hay una mujer delgada, de exuberante cabello rizado y ropa de colores fuertes.
En sus discursos, en sus visitas oficiales, incluso a la hora de votar en las elecciones, no se separa de ella.
No sería incorrecto decir que es su asesora, aunque es mucho más que eso.
Es Rosario Murillo, «la Chayo», esposa de Ortega.
En 2017, el presidente nicaragüense fue investido para su cuarto mandato, de cinco años, y tercero consecutivo, junto a su esposa como vicepresidenta.
La reelección de Daniel Ortega, el sandinista que ayudó a derrocar a los Somoza y ahora gobernará Nicaragua por más tiempo que cualquiera de ellos
Polémica y poderosa, Murillo ha sido la incondicional compañera de Daniel Ortega y un elemento fundamental en la toma de decisiones en Nicaragua.
Se conocieron afines de los años 70, when Ortega se había autoexiliado en Costa Rica por su participación en el movimiento sandinista que en julio de 1979 sacó a la dinastía de los Somoza del poder, tras una guerra civil de dos años.
Ya luego, como líder de la junta de lo que se denomina como «Gobierno de reconstrucción nacional», Ortega comenzó una serie de giras internacionales en búsqueda de apoyo externo a la joven revolución nicaragüense.
Y Murillo siempre estaba a su lado.
«Rosario es muy inteligente, es una mujer con mucha formación, con dominio de varios idiomas. Eso favorecía muchísimo el acompañamiento que hacía de Daniel (Ortega) en muchas delegaciones internacionales», explicaba, hace algunos años, Mónica Baltodano, excomandante guerrilera y diputada nicaragüense en entrevista con Canal 2 de Nicaragua.
Murillo era su compañera. Y muchos años después, en 2005, se casaron por la iglesia.
Pero «la Chayo» era, y es, mucho más que una primera dama. De hecho, nunca le gustó el apelativo.
Tenía a su favor ser hija de Zoilamérica Zambrana Sandino, sobrinanieta de Augusto Sandino, el héroe nacional de Nicaragua e inspirador del movimiento revolucionario sandinista.
Por esa época se perfilaba como poeta y una de las principales representantes femeninas de las letras nicaragüenses. Según ella misma contó, comenzó a escribir como una necesidad de expresión, tras la muerte de su primer hijo en un terremoto en 1973.
En 1981 comenzó a coordinar el Consejo de Dirección de Ventana, suplemento cultural de Barricada, el diario oficial del FSLN.
Y durante la primera presidencia de Ortega, entre 1985 y 1990, Murillo utilizó su influencia para que la cultura tuviera un espacio trascendental en el plan de gobierno de Ortega. La cultura, eso sí le interesaba.
Entre 1988 y 1990 fue nombrada directora del Instituto de Cultura. «Toda una intensa promoción de artistas y escritores que todavía se recuerda con nostalgia», aseguró en una columna reciente el cronista e historiado