Servicio secreto ignoró alerta previa al atentado contra Trump

Washington, D.C: El senador Chuck Grassley subió este lunes al estrado del Senado para lanzar una denuncia que ha sacudido los cimientos de la seguridad presidencial en Estados Unidos. La administración Biden y el Servicio Secreto habrían ocultado una amenaza creíble contra Donald Trump días antes del atentado del 13 de julio en Butler, Pennsylvania.
Según un informe del Gobierno de Responsabilidad (GAO, por sus siglas en inglés), el Servicio Secreto recibió información clasificada de la comunidad de inteligencia que apuntaba a un posible atentado contra el entonces expresidente. Sin embargo, esa información nunca llegó al equipo encargado de su seguridad en el mitin ni a las autoridades locales que resguardaban el acto político en Butler, donde Trump fue herido en la cabeza por un francotirador y el ciudadano Corey Comperatore perdió la vida.
“El Servicio Secreto falló en implementar medidas de seguridad que podrían haber prevenido el intento de asesinato”, cita el informe del GAO. Y aunque la amenaza no identificaba específicamente al evento ni al atacante, el hecho de que altos funcionarios de la agencia sí conocieran el peligro plantea serios cuestionamientos sobre la cadena de mando, el protocolo de divulgación de información y la política de compartimentación de inteligencia.
Grassley, veterano senador republicano y uno de los más tenaces fiscalizadores del Congreso, dijo tajantemente que, “la administración Biden obstaculizó mis solicitudes de supervisión. Urjo a la nueva administración a que deje respirar a los hechos”.
La crónica de los errores es tan extensa como alarmante. Según el informe, el Servicio Secreto planeaba usar maquinaria agrícola para bloquear la línea de visión del edificio AGR, desde donde disparó el atacante, pero un miembro del equipo de campaña pidió modificar esa barrera, y los cambios se aplicaron sin notificar a los altos mandos de seguridad. Aquella omisión resultó fatal.
El informe también expone cómo la clasificación “altamente confidencial” de la amenaza contribuyó a su aislamiento. La información nunca se “desclasificó” a un nivel manejable para los equipos operativos. “La práctica compartimentada del Servicio Secreto impidió que los agentes responsables de la seguridad del mitin tuvieran acceso a información crítica”, concluye el GAO.
Grassley no se quedó en la denuncia. Relató cómo su equipo revisó horas de grabaciones, entrevistó a testigos y publicó imágenes inéditas de las cámaras corporales de la policía. “Hicimos público el primer video real del caos tras el disparo. Nuestra investigación presentó la imagen más detallada hasta ahora del atentado contra Trump”, afirmó.
En su discurso de más de nueve minutos, el senador dejó claro que no piensa soltar el caso. “El Servicio Secreto tiene una misión de cero fallos. No hay margen para errores. Y cada fallo expuesto por este informe debe transformarse en reformas positivas”, sentenció.
Esta revelación plantea una pregunta inquietante para millones de estadounidenses, ¿se protegió al expresidente de forma deliberadamente insuficiente? El silencio institucional, más que el francotirador, podría haber sido el cómplice más peligroso.



















