Si Rusia es excluida del SWIFT sería peor que un ataque nuclear a su territorio
¡Suenan los tambores de guerra! Bladimir Putin y el Kremlin han ido más allá de las amenazas tradicionales de disuasión, muy usadas en el ámbito militar, con tan solo mostrar sus fuerzas y posibilidades militares. Para nadie es un secreto que el llamado eje del mal, compuesto por Irán, Rusia y China acarician la idea de evitar que Ucrania ingrese como un país miembro de la Unión Europea viabilizado por la OTAN. Aunque no está claro que los chinos vayan a asumir las consecuencias de ser excluidos del sistema SWIFT.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dejado bien claro que en caso de una invasión de Ucrania, Rusia lo pagaría a un precio del que ya no le quede ni el menudo para devolver. El mandatario expresó categóricamente que “todas las opciones están sobre la mesa”. En opinión de este analista, Rusia no irá más allá de las disuasión y nunca dará el “triple salto mortal”.
Rusia sigue moviendo fichas a todas luces carentes de prudencia, que han calado el conflicto en la frontera con Ucrania a sus máximos niveles al llegar la orden del centro de mando del mismo Vladimir Putin de desplazamientos, por segunda ocasión, de artillería pesada en la frontera. Obviamente la OTAN estaría respondiendo de la misma forma en defensa y prevención de una eventual agresión al territorio de Ucrania. Porque Ucrania estableció en su constitución en 2018 unirse a la OTAN, por lo que las acciones de este organismo tienen legitimidad constitucional. Eso tiene nervioso a Putin, porque el conflicto podría llegar hasta Kiev para reconquistar Crimea, invadida también por los rusos.
A parte de las acciones militares que en contra de Rusia también se ciñen, un ataque que sería peor que dejar caer varias bombas atómicas como las de Hiroshima y Nagasaki sobre su territorio, lo constituye la amenaza de exclusión de Rusia por Occidente del sistema global de pagos SWIFT.
La paciencia del presidente Biden parece estar llegando a sus límites ante la provocación rusa y está considerando seriamente utilizar el mecanismo más poderoso, que es el sistema de pago SWIFT. Esto se complica mucho más para Putin, considerando que el Parlamento de la Unión Europea ya había aprobado este tipo de sanción en abril pasado si el ejército ruso volvía a invadir Ucrania. Desde luego, el presidente ruso ha tomado esto como una declaración de guerra.
Consecuencias de la exclusión de Rusia del SWIFT.
“La Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales”, que tiene su sede en Bélgica, mejor conocida como el “SWIFT” fundada en 1973, también se la conoce como la “OPCIÓN NUCLEAR” en el mundo financiero global, mote que fue colocado por el propio primer ministro ruso para la época, , Dmitry Medvedev, en 2014. El alcance del SWIFT posee tal magnitud que impacta directamente a once mil bancos en todo el mundo. Así que si Rusia fuera excluida de este sistema, su economía podría paralizar drásticamente la producción rusa y regresar a la edad de piedra su economía.
Para medir el impacto directo de lo que podría sucederle a la economía rusa si esto sucede, solo tenemos que mirar a lo que le sucedió a Irán cuando salió del sistema SWIFT: La salida de Irán del sistema le provocó la pérdida de aproximadamente el 50% de sus ingresos por concepto de exportación de petróleo y el 30% de su comercio exterior.
Rusia, no solo exporta gas y petróleo, sino que también exporta cobre, por lo que ya su maltrecha economía se vendría abajo desde que se decrete su salida de este sistema de pago mundial. Y, algo mucho peor, habría una mega fuga masiva de capital por la imposibilidad de que los inversionistas puedan desarrollar sus industria en un ambiente tan hostil y miedo a otros tipos de sanciones a esas empresas por parte de occidente.