Sustituyen al canciller de Kenia en medio de críticas por envío de tropas a Haití
El despliegue de una fuerza de pacificación en el vecino país ha quedado en duda con la destitución del ministro de Asuntos Exteriores de Kenia, Alfred Mutua, mientras crece en esa república africana la controversia sobre los planes de enviar policías a Haití para luchar contra las pandillas.
Mutua fue reasignado al Ministerio de Turismo como parte de la reorganización ministerial dispuesta por el presidente William Ruto. Su destitución se produce días después de que hablara extensamente sobre la fuerza multinacional que encabezarían los mil policías kenianos y de la que dijo combatirían las bandas armadas. Se le tenía como el principal partidario de la intervención de Kenia en el drama haitiano.
El principal líder de la oposición, Raila Odinga, fue el último en oponerse a la medida, diciendo que el despliegue pondría en riesgo las vidas de la policía keniana.
Ruto reasignó a Mutua al Ministerio de Turismo y puso el Ministerio de Asuntos Exteriores bajo la responsabilidad del Primer Secretario del Gabinete, que depende de su estrecho aliado, Musalia Mudavadi.
La medida es vista como un intento de darle al círculo íntimo de Ruto más influencia sobre los asuntos diplomáticos.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el martes el despliegue de la fuerza.
Ruto acogió con satisfacción su decisión, pero no mencionó cuándo se enviaría la policía.
Algunos parlamentarios kenianos han exigido la aprobación parlamentaria antes del despliegue.
Los ministros de Defensa y Seguridad, que han guardado silencio sobre el planeado despliegue en Haití, no se vieron afectados por la reorganización.
Odinga, en una entrevista con la empresa privada KTN News, dijo que la situación en Haití era demasiado peligrosa para la policía de Kenia.
“Cuando empiecen a llegar ataúdes aquí, nos arrepentiremos. Haití es peligroso y existe la posibilidad de que nuestra policía tenga problemas allí”, dijo el líder de la oposición.
Oposición en Kenia pide aprobación
Legisladores kenianos dijeron el miércoles que el envío de personal policial a la misión de paz a Haití dirigida por Kenia requiere la aprobación del parlamento. La misión para combatir la violencia pandillera fue aprobada esta semana por el Consejo de Seguridad de la ONU.
El legislador opositor Anthony Oluoch dijo en una sesión de la cámara baja que el envío de los efectivos no cumplía las disposiciones de la ley nacional de policía.
También dijo que la seguridad del país “debería tener precedencia sobre cualquier compromiso internacional”, en alusión a los ataques del grupo extremista al-Shahab, una filial de Al Qaeda asentada en el oriente de África.
Otro legislador, Junet Mohammed, dijo que el Parlamento debe aprobar el asunto “antes de que cualquier agente de policía abandone el país” en lo que llamó una “misión peligrosa” dada la falta de experiencia de la policía en el combate al crimen local.
El Consejo de Seguridad aprobó la misión de paz a Haitíel lunes y el presidente keniano William Ruto prometió “no defraudar al pueblo de Haití“.
El presidente estadounidense agradeció el miércoles a Ruto por “responder al pedido de Haití de servir como nación comandante de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS)”, según la transcripción de la llamada.
La constitución keniana declara que el envío de una fuerza nacional requiere aprobación parlamentaria, y misiones militares anteriores han cumplido con ese requisito. Pero no está claro si los agentes de policía constituyen una fuerza nacional.
El presidente del comité de defensa de la asamblea nacional, Nelson Koech, dijo a la Associated Press en entrevista telefónica que el asunto probablemente será remitido a una comisión conjunta que incluye a la seguridad nacional antes de someterlo a la aprobación del parlamento.
Dijo que la policía keniana es competente y puede manejar la misión, ya que “la situación en Haití no es de guerra, sino de violencia pandillera”.
Koech dijo que la seguridad interna del país no debería impedirle contribuir a misiones globales de paz y que era “moralmente correcto” ayudar a restaurar la paz en Haití.