Temor a daño colateral en el Congreso aumenta la presión para que Biden renuncie a candidatura
El mandatario de EE. UU., Joe Biden, navega contra una corriente de líderes demócratas que cuestionan su candidatura a la reelección y le piden que «pase el testigo», al argumentar que pone en peligro el control del Congreso, la única opción de hacerle contrapeso a los republicanos en caso de que Donald Trump llegue a ganar la Presidencia.
Más de 30 congresistas demócratas le han pedido públicamente al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que se haga a un costado y son muchos más los que lo hacen de forma privada.
La lista incluye a Chuck Schumer, líder de la mayoría en el Senado, Hakeem Jeffries, líder de la minoría en la Cámara de Representantes, y Nancy Pelosi, presidenta emérita del Congreso, quien, según medios, le advirtió a Biden que “arrastraría hacia la derrota al Partido Demócrata” si sigue adelante con su candidatura.
Además del riesgo de perder el Ejecutivo, lo que le preocupa a muchos congresistas demócratas es ceder terreno en el Poder Legislativo, ya que el Partido Demócrata quedaría sin control alguno en estas ramas al menos durante los primeros dos años de un eventual nuevo mandato del republicano Donald Trump.
Más allá de la Presidencia
El control del Congreso es clave porque sería la única rama que tendrían los demócratas para hacerle contrapeso a un eventual gobierno de Trump y al poder de los republicanos radicales de MAGA (Make America Great Again) en otros escenarios del poder.
Hoy los demócratas tienen 51 sillas en el Senado y los republicanos, 49. Asumiendo un panorama ideal en las elecciones del 5 de noviembre, si los demócratas logran mantener la mitad de los escaños en el Senado, es decir 50 sillas, estarían empatados con los republicanos. Cuando hay un empate de escaños en el Senado, el vicepresidente tiene el voto de desempate. Si Trump gana la Presidencia, los republicanos tendrían ese voto decisivo como lo tuvo Kamala Harris en los primeros dos años de Administración de Joe Biden.
Cerca de un tercio de los 100 escaños del Senado se disputan en estas elecciones, o sea 33 sillas de las cuales 10 son actualmente republicanas, 19 demócratas y 4 independientes. Es decir, los demócratas tienen en juego la mínima mayoría que ostentan ahora. A ello se suma que siete senadores se retiran del Legislativo, de los cuales seis son demócratas y solo uno es republicano.
En el caso de la Cámara de Representantes, en donde cada dos años se define la totalidad de los 435 escaños, la mayoría es de los republicanos actualmente. Sin embargo, es una mayoría mínima de siete sillas (220 republicanas vs. 213 demócratas), algo que los demócratas esperan revertir en las próximas elecciones para lograr un contrapeso en el Legislativo que no le permita a un eventual gobierno de Trump implementar las cuestionadas reformas políticas, tributarias, jurídicas y monetarias que están descritas en el ‘Proyecto 2025’, la hoja de ruta de su mandato.
Además, Trump y su partido ya cuentan con una ventaja en el Poder Judicial, dado que durante su primera Administración nombró a tres magistrados e inclinó la balanza ideológica de la Corte Suprema hacia el lado más conservador, con seis de un total de nueve, lo que favorece la votación a favor de los republicanos en temas cruciales como el aborto, el porte de armas y la inmunidad presidencial, entre otros.
Esta posible tormenta perfecta, en la que los demócratas pueden quedar reducidos políticamente a un rol de espectador, es la que le preocupa a los líderes demócratas, quienes le insisten a Biden que ceda el testigo a una persona que tenga más posibilidades de ganarle a Trump.
¿Qué dicen las encuestas?
Tras el intento de asesinato contra Trump, el 13 de julio, aumentó la ventaja del exmandatario frente a Biden en la intención de voto, según los sondeos.
Según una reciente encuesta del medio CBS, un 52% de los estadounidenses votaría por Trump, mientras que el 47% lo haría por Joe Biden. Una diferencia de 5% que se refleja también en estados pendulares (indecisos) como Wisconsin, Michigan, Nevada, Georgia y Pensilvania, los cuales son claves para ganar la Presidencia, teniendo en cuenta que el resto ya tiene una preferencia clara.
Según analistas, los resultados de los sondeos tras la Convención Nacional Republicana, que tuvo lugar esta semana y en la que Trump fue nominado oficialmente como candidato, pueden ser clave para dar luz sobre las opciones de Biden, en medio de la ola de rechazo a su candidatura, que creció tras su cuestionado desempeño en el debate del 27 de junio.
Con Covid-19 y aislado, Biden insiste en su candidatura
En una entrevista con CNN, Chris Coons, senador demócrata por el estado de Delaware y amigo íntimo de Biden, dijo que el presidente «ha estado pidiendo opiniones. Ha estado pidiendo consejo a todos los que hablamos con él regularmente, asesoramiento, interpretaciones de las encuestas, la opinión de otros congresistas, pero ha comunicado a todos los demócratas por escrito que tiene la intención de continuar con esta campaña”.
Por su parte Robert Costa, periodista y escritor de NBC, escribió en su cuenta de la red X que fuentes cercanas a Biden aseguran que el presidente está *furioso* porque mientras intenta recuperarse de Covid-19 en Rehoboth, Delaware, donde tiene su casa de playa, hay una campaña de presión que sigue acelerándose.
En respuesta a las crecientes voces que piden su renuncia, el portavoz de la Casa Blanca, Andrew Bates, señaló que el mandatario «es el candidato del partido. Planea ganar y espera trabajar con los demócratas del Congreso para aprobar su agenda de 100 días para ayudar a las familias trabajadoras».
Entretanto, la especulación sigue creciendo en Washington sobre quién sería el posible reemplazo de Biden. Muchos dicen que podría ser su vicepresidenta, Kamala Harris, pero también hay muchas dudas sobre cómo y cuándo se haría la transición y el anuncio.
Hay medios como The Hill que han pronosticado que dada la alta presión, la decisión de Biden tendrá lugar en los próximos días.