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Teniente dominicano herido en cuartel de El Bronx sale del hospital y es ovacionado como héroe por docenas de policías y civiles

“Él solo trató de aligerar el momento”, dijo Lou Turco, presidente de la Asociación Benevolente de Tenientes, el sindicato que agrupa a los policías con ese rango, al igual otra organización que agrupa los sargentos.
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NUEVA YORK._ El teniente dominicano de la policía de Nueva York, José Gautreaux, fue ovacionado y recibido como un héroe al salir ayer lunes en la tarde del hospital Lincoln, después de ser baleado por un desquiciado que entró al cuartel 41 en El Bronx, donde labora el oficial, y lo baleó en un brazo.
Gautreaux, parece que tomó el ataque como si nada hubiera ocurrido y cuando el alcalde Bill de Blasio lo visitó en su lecho, lo primero que le preguntó fue que quién va a arreglar sus tatuajes dañados por la bala.
El teniente, tiene los dos brazos virtualmente sellados de dibujos a tinta, desde los codos hasta los hombros.
Los tatuajes, fueron bien elaborados por el artista, lo que lo Gautreaux considera una obra de arte.
Para asombro de todos sus superiores, compañeros y el propio alcalde, el teniente aparentaba preocuparse más por los tatuajes que por su vida.
“Él solo trató de aligerar el momento”, dijo Lou Turco, presidente de la Asociación Benevolente de Tenientes, el sindicato que agrupa a los policías con ese rango, al igual otra organización que agrupa los sargentos.
Gautreaux, que no es casado, salió del hospital con el brazo sano en alto en señal de victoria coreado por los prolongados aplausos y vítores de docenas de policías, acompañado por su padre y otros familiares.
Él es un veterano de 15 años de carrera en la uniformada, y la bala lo alcanzó en la parte superior izquierda del brazo cuando el criminal de carrera Robert Williams, de 45 años, abrió fuego dentro del cuartel domingo a las 8:00 de la mañana.
El ataque que lo hirió se produjo menos de 12 horas después de que Williams disparó e hirió a otro policía mientras el oficial sentado con su compañero dentro de una furgoneta de la uniformada identificada, a una cuadra del precinto el sábado por la noche.
Williams se rindió arrojando su pistola “SIG Sauer” calibre de 9 mm en y luego se tiró boca abajo en el piso, cuando se le acabaron las balas.
El comandante dominicano Fausto Pichardo, jefe de patrulleros de la policía de Nueva York, que estaba entre de los 100 policías que esperaron a Gautreaux a la salida del hospital, dijo que gracias a Dios, “él, pudo pararse de esa silla y salir airoso, por lo que es un buen día para el Departamento de Policía de la ciudad.

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