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Terrorista islámico que mató ocho transeúntes en Manhattan en 2017 podría ser primer ejecutado en NY desde 1963

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NUEVA YORK._ El terrorista islámico, Sayfullo Saipov nativo de Uzbekistán y residente en Paterson, Nueva Jersey, quien mató a ocho transeúntes en 2017 en el Bajo Manhattan, podría ser el primer convicto ejecutado en el estado desde 1963 después de ser declarado culpable por un jurado en la corte federal del distrito sur de Manhattan  el lunes.

Saipov, quien emigró con una visa rifada en 2010 a Estados Unidos, usó un camión de una ferretería de la cadena Home Depot para atropellar a los transeúntes, muchos de los cuales eran turistas y algunos se transportaban en bicicletas rentadas de la firma “Citibike”.

La sentencia capital deberá ser decidida por un jurado de 12 ciudadanos que comenzaron a deliberar ayer lunes, luego de que Saipov fuera declarado culpable en enero de este año y solicitada por los fiscales federales para que sea ejecutado con inyección letal.

Si los jurados rechazan la petición de los fiscales federales, el terrorista será sentenciado a cadena perpetua sin derecho a pedir libertad condicional.

El ex procurador general de Estados Unidos  durante el Gobierno del entonces presidente George W. Bush (2009-2007) Michael B. Mukasey, y ex  juez en la corte federal de Distrito Sur en Manhattan  desde hace mucho tiempo, cree que se podría imponer la pena de muerte.

«Nueva York es famosa como un lugar donde la gente puede ser realista de una manera dura», dijo.

“Con el aumento del crimen en la ciudad, de ninguna manera apostaría que sea imposible que un jurado emita un veredicto de pena de muerte en este caso», explicó.

Eddie Mays, sentenciado a la pena capital por atraco a mano armada cuando asesinó a Maria Marini fue el último criminal ejecutado en Nueva York en 1963  en la silla eléctrica de la cárcel de  Sing, acorde con los registros del Centro de Información sobre la Pena de Muerte.

El centro dice que el estado de Nueva York ejecutaba reos desde antes de la fundación de Estados Unidos.

Entre 1608 y 1972, Nueva York realizó la segunda mayor cantidad de ejecuciones de cualquier estado de la nación detrás de  Virginia.

Para ejecutar a los presuntos criminales condenados a la pena de muerte, en Nueva York se usaban todos los métodos: desde quemar los reos en la hoguera, la horca, pelotones de fusilamiento, la silla eléctrica y la guillotina.

El estado se fue alejando paulatinamente  del ojo por ojo, refiere el centro.

Aunque cientos de reclusos vivieron en el corredor de la muerte de Nueva York desde que fueron declarados culpables, hace décadas que nadie ha sido ejecutado.

Mays fue condenado en un tribunal estatal por disparar y matar a Marini, de 31 años, durante el robo a mano armada en 1961, publicó en esa fecha el tabloide NY Post.

Él y dos cómplices atracaron una taberna en Manhattan, y le disparó a Marini cuando ella estaba entregándole su bolso que estaba vacío al ladrón asesino.

En la corte federal del distrito sur en Manhattan,  donde Saipov fue declarado culpable, el último recluso ejecutado fue Gerhard Arthur Puff, el 12 de agosto de 1954 por matar al agente del FBI Joseph Brock en un tiroteo.

Puff apeló directamente al entonces presidente Dwight D. Eisenhower para un nuevo juicio y su pedido fue rechazado.

En 2003 los federales intentaron ejecutar al reputado miembro de la pandilla The Bloods,  el afroamericano  Ronell Wilson por los asesinatos en 2003 de los detectives encubiertos de la policía James Nemorin y Rodney Andrews.

Fue sentenciado a la ejecución pero un tribunal de apelaciones anuló una de las sentencias de muerte en 2010 y en 2016, un juez federal lo consideró inelegible para ser ejecutado, diciendo que estaba discapacitado mentalmente por completo para ser físicamente eliminado.

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