Nueva Yok: No hay causas sin efectos, la revuelta encabezada por el líder del grupo mercenario, Wagner, Yevgeny Prigozhin, no fue una casualidad, sino más bien, una causalidad que devino en la culminación de un proceso de división interna en los comandos rusos. Prigozhin, acusó al ejército ruso de llevar a cabo ataques mortales contra campamentos de sus combatientes detrás del frente ucraniano y llamó a sublevarse contra el alto mando militar.
¿Qué lectura se le puede dar a este acto de rebelión que llegó al punto de amenazar al propio régimen de Putin, marchando junto a 25 mil mercenarios que ya se habían puesto en control de una base militar en la ciudad de Rostov del Don, cerca de la frontera con Ucrania, y llegaron hasta Lipetsk ubicada a tan sólo unos 300 kilómetros de la capital rusa?
Es algo que se veía venir, una escalada de tensiones entre el presidente ruso y el líder de Warner, Yevgeny Prigozhin, tras meses de declaraciones temerarias que rosaban las fibras más sensibles del ejército ruso y concluyeron en una acusación directa de haber protagonizado un ataque a un comando de la retaguardia del grupo Wagner en la guerra de Ucrania que desencadenó en una insurrección que procuraba derrocar los mandos militares rusos en Moscú.
En medio de las amenazas, Yevgeny Prigozhin, reveló en un video que publicó algo que todo el mundo sospechaba: “la guerra contra Ucrania, la invasión, fue lanzada bajo pretextos falsos. No había ninguna amenaza creíble de que Ucrania o la OTAN estaban planificando planes contra Rusia”. Eso es lo opuesto de lo que ha estado diciendo Rusia y es una cuestión muy peligrosa para Putin, porque ya no hay forma de esconderlo.
El segundo aspecto que amerita un análisis es que las fuerzas de Prigozhin avanzaron dentro de Rusia sin ningún enfrentamiento militar, se tomaron dos ciudades importantes y llegaron a 300 km de Moscú y no enfrentaron ninguna oposición del ejército ruso. Eso deja claro que Yevgeny Prigozhin y el grupo paramilitar Wagner no están solos y cuestiona seriamente el blindaje de Putin dentro del ejército ruso presentándolo por primera vez en vulnerabilidad, lo que debe estar asolando seriamente al dictador.
Putin calificó las acciones de Prigozhin de “golpe para Rusia”, El Ministerio de Defensa, dirigido por Sergei Shoigu, fiel aliado de Putin guardó silencio durante los acontecimientos del fin de semana.
Finalmente, Yevgeny Prigozhin, declaró que detenía su “marcha por la justicia” hacia Moscú tras un acuerdo que lo libraba a él y a sus mercenarios de enfrentarse a cargos penales. El acuerdo también exilió a Prigozhin a Bielorrusia.
“Castigaremos la “traición”, cuya rebelión contra el mando militar ruso significa una “amenaza mortal” y el riesgo de guerra civil”, dijo Vladimir Putin el sábado. Quien todavía intenta ocultar la criminal invasión a Ucrania llamándola “Operación Militar Especial.”
En círculos de opinión europeos dan por sentado que el conflicto del mercenario Prigozhin con los altos mandos militares rusos, no termina con la salida del caudillo mercenario de los escenarios militares y que es solamente la punta del iceberg. Se cree que hay un mal de fondo en los organismos castrenses rusos caracterizado por un disgusto generalizado, lo que explicaría que nadie enfrentó a Prigozhin en su camino a Moscú e hizo que Putin reculara sobre la persecución penal contra el mercenario y su grupo, permitiendo que el mismo se exilie en Bielorrusia (Belarus).
