Trump afirma que el FBI colocó 274 agentes entre la multitud el 6 de enero.

Washington, D.C: El presidente Donald Trump ha desatado una nueva controversia al afirmar que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) “secretamente colocó” 274 agentes entre la multitud que participó en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Según Trump, dichos agentes no actuaron como fuerzas del orden, sino como instigadores del caos para deslegitimar a sus seguidores.
En una publicación reciente en su red social Truth Social, Trump aseguró que “se acaba de revelar que el FBI colocó, contra todas las reglas, regulaciones, protocolos y estándares, 274 agentes del FBI en la multitud justo antes y durante el ‘fraude’ del 6 de enero”. Estos agentes estaban probablemente actuando como agitadores e insurreccionistas, pero ciertamente no como funcionarios de la ley”. Trump exigió que se identificara a cada uno de estos agentes y se esclarezca su rol exacto ese día.
Las declaraciones de Trump se basan en reportes recientes de medios conservadores que reinterpretan la presencia del FBI durante el asalto, pero esos informes han sido criticados por mezclar operaciones de respuesta con teorías conspirativas de manipulación. De acuerdo con un informe del Inspector General del Departamento de Justicia de EE. UU. de 2024, 26 fuentes confidenciales del FBI (no agentes propiamente dichos) estuvieron presentes entre la multitud el 6 de enero, pero no hay evidencia de que agentes encubiertos del FBI participaran en actos violentos o fueran enviados con el propósito de incitar disturbios, según Reuters.
El actual director del FBI, Kash Patel, rechazó la versión de Trump y explicó que los agentes fueron desplegados una vez que el episodio ya había escalado en un disturbio declarado, con el objetivo de apoyar en el control de multitudes, aunque reconoció que esa actuación podría haber violado los estándares internos del FBI. Patel también acusó a su antecesor, Christopher Wray, de no haber contado toda la verdad al Congreso. Analistas y medios de investigación advierten que la afirmación de Trump carece de respaldo fáctico verificable.
El reporte del Inspector General señala que no se encontró evidencia de que personal operativo del FBI hubiera sido enviado al Capitolio ese día para fomentar la violencia. Las alegaciones recientes de los medios conservadores confunden despliegues de respuesta legítimos con teorías conspirativas sobre agentes provocadores. Además, existe un historial de acusaciones no comprobadas respecto al papel del FBI en operaciones encubiertas durante eventos políticos sensibles, lo que refuerza la necesidad de un examen riguroso e independiente.
Estas declaraciones tienen implicaciones políticas. Para Trump, refuerzan su narrativa de persecución institucional y de que sus seguidores fueron víctimas de conspiraciones; para el FBI, representan un riesgo de credibilidad ante la opinión pública si no se responde con transparencia; y para el Congreso, podrían impulsar nuevas audiencias o investigaciones. Hasta el momento, ni el FBI ni el Departamento de Justicia han emitido una respuesta definitiva que confirme o desmienta públicamente la cifra de 274 agentes.
Trump continúa presionando para que se revelen nombres y roles, mientras los críticos llaman a exigir pruebas contundentes antes de dar por válida esa versión de los hechos. Este episodio revive las tensiones sobre la narrativa del 6 de enero y abre una nueva fase de disputas en torno a la memoria, la responsabilidad política y la transparencia institucional.



















