Trump da plazo de dos semanas para negociar con Irán o se prepara para el golpe mortal?

Washington, D.C: La tensión entre Estados Unidos e Irán se ha intensificado peligrosamente en las últimas semanas, y ahora, con un plazo autoimpuesto de 14 días, el presidente Donald Trump asegura estar abierto a una solución diplomática. Pero entre amenazas de bombardeos, misiles israelíes en el aire y la sombra de una guerra regional, diplomáticos veteranos advierten: un acuerdo con Teherán en ese tiempo es casi imposible.
Negociar con Irán no es tarea fácil. Lo saben bien quienes pasaron años en mesas diplomáticas, como en 2015, cuando la administración Obama logró sellar un histórico pacto que limitó el programa nuclear iraní. Aquel acuerdo tomó casi dos años y fue desmantelado por el propio Trump en su primer mandato. El intento posterior de Joe Biden por revivirlo también fracasó tras 15 meses de negociaciones.
Hoy, el escenario es aún más complejo. El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, según informes de inteligencia estadounidenses, se encuentra posiblemente oculto. Su ministro de Relaciones Exteriores y principal negociador, Abbas Araghchi, ha reiterado que Irán no conversará mientras Israel continúe atacando instalaciones militares y asesinando científicos iraníes.
Sin embargo, el presidente Trump insiste en su estrategia de “diplomacia coercitiva”. “Irán tiene minutos, no días”, declaró a la prensa el pasado viernes, dejando claro que su enfoque está más cerca de la intimidación que del consenso.
Negociadores en juego, entre la política y la incertidumbre
La figura que Trump ha designado para llevar las conversaciones es Steve Witkoff, un empresario inmobiliario sin experiencia previa en política exterior, pero con la confianza personal del mandatario. En el otro lado, Araghchi, un veterano conocedor del programa nuclear iraní, no confía en las verdaderas intenciones de Washington.
“No sabemos si esto fue una maniobra para encubrir los ataques israelíes”, declaró Araghchi a la periodista Andrea Mitchell, sugiriendo que las negociaciones recientes podrían haber sido solo una cortina de humo. “Lo que hicieron fue, de hecho, una traición a la diplomacia”, añadió.
¿Tiempo para un acuerdo o para una guerra?
La incógnita sobre si Trump realmente busca un acuerdo o simplemente gana tiempo para preparar un ataque persiste. No hay evidencia pública de un avance real entre los emisarios, ni mucho menos de una propuesta que pueda calmar los temores de Israel respecto al programa nuclear iraní.
Expertos como Richard Haass, exfuncionario de la Casa Blanca, subrayan que la presión sobre Irán es ahora mayor que nunca, pero también lo es la expectativa de una respuesta militar estadounidense. Para Trump, lo aceptable parece ser una “rendición incondicional”. Pero eso, advierte el negociador Robert Malley, “es casi seguro que no lo conseguirá”.
“Irán se enfrentará al dilema de suicidarse o arriesgarse a morir. Y la historia indica que preferirá arriesgarse”, afirmó Malley. Aun así, no descarta del todo una salida diplomática temporal, como una suspensión parcial del enriquecimiento nuclear para abrir espacio a una negociación más amplia. Pero este tipo de acuerdos requieren tiempo, confianza y garantías que hoy parecen escasas.
Mientras Trump fija fechas y lanza advertencias, la región se mantiene al borde de un conflicto mayor. Israel sigue su ofensiva. Irán mantiene su desafío. Y Estados Unidos juega entre la amenaza y la negociación. Lo que suceda en los próximos días podría marcar el destino no solo del programa nuclear iraní, sino del equilibrio geopolítico en Medio Oriente.
Fuente original: Artículo original por David E. Sanger y otros corresponsales.
The New York Times, adaptado por El Faro Latino.