Trump establece nuevos aranceles al acero y aluminio, ampliando la política comercial de Estados Unidos
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En un movimiento que ha levantado grandes expectativas en el ámbito comercial, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado que a partir del próximo lunes se impondrán aranceles del 25% a la importación de acero y aluminio. Esta medida se aplicará indiscriminadamente a todos los países exportadores, generando una nueva ola de incertidumbre en las relaciones comerciales internacionales.
Trump justificó su decisión citando la necesidad de proteger la industria estadounidense y asegurar que el país no se vean perjudicados por las prácticas comerciales desleales de otras naciones. Además, durante su anuncio, el presidente dejó entrever la posibilidad de que en el futuro también se graven otras importaciones, tales como chips semiconductores, productos farmacéuticos, y recursos energéticos como el petróleo y el gas.
Estas tarifas se implementarán de manera casi inmediata y se suman a las medidas previas anunciadas por el presidente, que incluían aranceles del 10% a ciertos productos provenientes de China y tarifas del 25% a bienes importados desde Canadá y México. Este conjunto de políticas refleja un enfoque más agresivo por parte de la administración Trump en su intento de reconfigurar el comercio exterior de Estados Unidos y fomentar la producción local.
La reacción de la comunidad empresarial y de los mercados está por verse. Muchos analistas advierten que las medidas pueden provocar represalias por parte de otros países, afectando aún más el panorama comercial global. Asimismo, hay preocupación sobre el aumento de precios para los consumidores y las empresas que dependen de estos metales para su producción.
Expertos económicos han expresado su inquietud sobre cómo estas tarifas impactarán la cadena de suministro y la estabilidad del mercado. Algunos temen que, si se extendieran los aranceles a otros productos, esto podría desencadenar una guerra comercial de proporciones significativas.
A medida que se acerca la fecha de efectividad de estas medidas, los sectores industriales y comerciales de Estados Unidos se preparan para un entorno más complicado y posiblemente volátil. Las elecciones presidenciales de 2024 tampoco se escapan del debate sobre estas estrategias económicas, que prometen redefinir el enfoque del país hacia el comercio y la economía global.