¿Tu pareja suma o resta a tu vida?

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Cuando estamos en una relación de pareja, que lleva un tiempo considerable de evolución y en la atraviesan diversas experiencias y situaciones juntos, surgen preguntas como:

  • ¿Qué quiero en esta relación?
  • ¿Cómo podemos combatir la monotonía?
  • ¿Hasta qué punto debo cargar con la mochila emocional de la otra persona?
  • ¿Podemos discutir sin desgastarnos tanto?

Sin embargo, hay un interrogante clave que parece colocar en segundo plano a todos los demás y que apunta al núcleo de la relación: ¿Cómo puedo estar segur@ de que mi pareja es la persona correcta para mí, alguien que me ayuda a crecer y abrir nuevas posibilidades en mi vida, en lugar de limitarla?

«Podríamos decir que la elección de pareja es una decisión no siempre equilibrada entre la consciencia y la inconsciencia, pero cuidadosamente ponderada, aunque a menudo se base en información incompleta, parcial, incorrecta o distorsionada», señala Alicia Gonzálezpsicóloga experta en relaciones de pareja.

«Aunque trates de tomar decisiones racionales y reflexivas, lo haces con una ´base de datos emocional´ formada desde tu infancia, la cual puede estar distorsionada o incompleta», puntualiza González (Tarragona, España, 1994), en su nuevo libro ´Parejas mejores´.

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Alicia González, psicóloga experta en parejas. (FUENTE EXTERNA/ARCHIVO DE ALICIA GONZÁLEZ)

«De este modo, la elección de pareja está condicionada por la interpretación subjetiva de tus experiencias pasadas. Lo único que puede considerarse casual y circunstancial es el primer encuentro con esa otra persona», argumenta.

Añade que «cuando comenzamos a evaluar las cualidades que se ofrecen y se esperan del otro miembro de la futura pareja, todo será examinado y sopesado con precisión, aunque no siempre en el momento más óptimo ni desde la mirada más ajustada a nuestra propia realidad».

González señala que, en la actualidad, «tenemos relaciones cada vez más cortas e inestables, nos rendimos ante el primer conflicto, la comunicación se nos hace difícil y la vulnerabilidad nos aterra».

Sin embargo, «tener una relación profundasana y duradera es una experiencia preciosa que todos merecemos y en la que vale la pena trabajar. Y es posible conseguirla cuando ambos miembros están dispuestos a ´trabajar en la relación´, mirarse al espejo y reconocer a la persona que tienen delante», señala.

«No se trata de hacer sacrificios ni esfuerzos sobrehumanos, sino de aprender a navegar juntos por los altibajos, de encontrar el equilibrio entre el ´yo´ y el ´nosotros´, y de reconocer cuándo vale la pena seguir luchando y cuándo es mejor soltar», puntualiza.

Alicia González señala que saber escoger a la persona correcta como pareja requiere entrenamiento y conciencia, así como sucede con las elecciones que tomamos en otras áreas de la vida.

Algunas preguntas clave

«Si pretendemos construir una relación que se mantenga a largo plazo, es importante tener en cuenta aquellos ámbitos que pueden presentarse en el futuro y afectar nuestra relación«, señala.

Esta psicóloga ha observado en la vida y comprobado en su práctica clínica, que algunas cosas que parecen no importar al inicio de la relación, pueden llegar a afianzar o destruir a una pareja.

González indica que hay preguntas que vale la pena hacerse a uno mismo:

  • ¿Soy una persona familiar o me incomoda pasar mucho tiempo con mis parientes?
  • ¿Tengo tradiciones a las que no quiero renunciar?
  • ¿Mis creencias políticas y/o religiosas afectan mi día a día?
  • ¿Tengo un estilo de vida activo o sedentario?
  • ¿Cuál es mi plan semanal favorito: salir a cenar o pasarme la tarde en casa jugando videojuegos o juegos de mesa?

Señala que, al principio de una relación, es relativamente sencillo conectar con la otra persona, en comparación con lo que sucede con el paso del tiempo, porque en esta etapa actúan principalmente los factores biológicos.

«En esa primera fase, la atracción física, la necesidad de asegurar el vínculo y el enamoramiento en su máximo esplendor, se encargarán de ´tapar´ aquello que no encaje y de ´rellenar´ aquello que aún se desconoce de esa persona en la que depositamos nuestros propios sueños y esperanzas», explica.

Sin embargo, «a medida que pase el tiempo y empiece a aparecer la persona real con la que nos hemos emparejado, es crucial que le demos un espacio a aquellas cosas que realmente nos importan, conversándolas con nuestra pareja«, recomienda.

De todos modos, González considera «imposible y desaconsejable pretender controlarlo todo en una relación«, y recomienda «incluir un porcentaje de flexibilidad al pensar en lo que vendrá y hacer proyectos, porque en el mundo relacional no hay garantías totales de éxito, porque estamos en constante cambio y porque el futuro es siempre incierto».

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Tener una relación profunda, sana y duradera es una experiencia preciosa que todos merecemos y en la que vale la pena trabajar. (FUENTE EXTERNA/FREEPIK)

La «persona correcta»

A partir de todo esto, podría considerarse como ´la persona correcta´ aquella que no implique una renuncia a todo aquello que es esencial importante para nosotros ni que fomente la pretensión de cambiar su forma de ser para adecuarla a nuestras necesidades.

González recomienda elegir «a aquella persona con la que puedas florecer siendo tú mism@, para lo cual «es importante hacer un trabajo previo y constante de autoconocimiento y autorrespeto«.

Añade que «quizá haya ciertos aspectos de tu vida a los que renunciarás, pero viviéndolos como un intercambio, pues tu pareja aportará un abanico nuevo de posibilidades a tu existencia«.

Para asegurarnos, de que nuestra pareja es o podría ser «la persona correcta», esta psicóloga recomienda como primer paso «dedicar tiempo a conocerte y observarte a ti mism@ con curiosidad».

Consejos para elegir mejor

«Piensa en aquello que te llena el corazón: personasactividadestradiciones, esperanzas, sueños y proyectos que te encantan, te definen, te mueven y te conmueven, pero también en aquello que te genera rechazo y dolor, te pesa el corazón y quizá viviste en un pasado y no quieres volver a vivir», destaca.

Asimismo necesitas «reconocer tus miedos anhelos, porque pueden tomar las riendas de tus acciones cuando estas conociendo a alguien», señala.

«Si, por ejemplo, tu mayor miedo consiste es quedarte sol@ o tu anhelo es tener pareja ya, es posible que ese malestar haga que te aferres a la primera persona que pase por tu camino», advierte. González aconseja mostrarnos «tal y como somos, aunque tengamos miedo de hacerlo».

«Si sientes temor, muéstrate con ese sentimiento, pero no engañes al otro ni a ti mism@, ni pretendas esconderte tras una máscara de indiferencia, porque atraerás a personas que estén interesadas en jugar a la conquista y, cuando te muestres de verdad, tal y como eres, se irán de tu vida», reflexiona.

Además, aconseja hablar de aquello que descubrimos durante el trabajo previo de autoconocimiento y autorrespeto, es decir, sobre aquello que nos mueve y nos impulsa a ser mejores, sobre aquellas personas de nuestra vida que nos hacen sentir bien.

Concluye que debes introducir esos temas en las conversaciones cuando lo consideres oportuno o cuando salga a colación, de manera natural y sin forzar las cosas, observando cómo recibe la otra persona tus comentarios:

  • ¿Se muestra abierta?
  • ¿Te respeta y acompaña?
  • ¿Minimiza y critica?

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