Un día como hoy Cristóbal Colón descubrió América
Un día como hoy, pero del 1492, Cristóbal Colón completó su viaje a través del océano Atlántico y llegó al continente americano también conocido por los europeos como el Nuevo Mundo, al descubrir América.
Ese 12 de octubre Colón arribó a una isla la cual la llamó San Salvador, que actualmente es parte de Bahamas. En aquel entonces tenía la certeza de que había encontrado una nueva ruta a la India y llamó “indios” a los pueblos que conoció.
Colón no fue el primer europeo en cruzar el Atlántico con éxito. Algunos expertos creen que marineros vikingos (guerreros que realizaban incursiones de saqueo) establecieron un asentamiento temporal en Terranova en el siglo XI, y los académicos han propuesto distintas posibilidades en lo que respecta a desembarcos precolombinos. Sin embargo, fue Colón quien inició el duradero encuentro entre los europeos y los pueblos indígenas del continente americano.
Este miércoles, “Día de Colón” o como popularmente le llaman “Día de la Raza”, tiene el objetivo de resaltar y promover la nueva identidad racial y cultural surgida de la fusión entre los pueblos nativos del continente americano y los colonizadores europeos.
En Estados Unidos se denomina Día de Colón el segundo lunes de octubre, y en España se le conoce como Día de la Hispanidad.
En su primera cruzada, Colón abarcó cuatro islas del Caribe junto a sus hombres, la cual bautizaron Santa María de la Concepción, la Fernandina, Isabela y Juana (Cuba). También arribaron a Haití, a la que llamaron La Española, donde 39 marineros fundaron la primera colonia en el continente, Villa Navidad. En enero de 1493 partieron a Castilla sin oro ni piedras preciosas, pero con especies de flora y fauna y algunos nativos.
Las promesas de más hallazgos impulsaron una segunda salida el 25 de septiembre, con mayores recursos materiales y 1,200 personas. Los Reyes Católicos buscaban colonizar las nuevas islas, convertir a los indios al cristianismo, encontrar oro y metales preciosos y monopolizar su comercio entre los continentes. En este segundo viaje siguieron el recorrido por las Antillas y llegaron a las actuales Puerto Rico y Jamaica.
Ante el temor de perder la delantera, Castilla firmó con Portugal el Tratado de Tordesillas de 1494, que reservaba las Antillas a los castellanos y la ruta del cabo de Buena Esperanza, bordeando África hacia la India, a los portugueses. La tercera expedición llegaría a la isla de Trinidad y la desembocadura del río Orinoco, y la cuarta a las costas caribeñas de Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y las islas Caimán.
Los territorios y poblaciones americanos pasaron a formar parte del reino de Castilla, con hitos como la conquista del Imperio azteca e inca. También se cruzaron la evangelización de los nuevos súbditos con la explotación de las minas de oro y plata. Esa introducción al comercio y contexto internacional se vio, por ejemplo, en el impuesto del quinto real, una política que obligaba a entregar al rey el 20 % de la riqueza extraída en las colonias. La plata, el oro y materias primas como el cacao, el tabaco o la patata, enviadas a Castilla, eran el pago de los colonos al reino por las manufacturas que recibían desde Europa.
Tras el descubrimiento de América, el principal sistema de colonización castellano fue la encomienda. Era una institución feudal que le adjudicaba una porción de tierra e indígenas a un colono para que la trabajara bajo condiciones de esclavitud o semiesclavitud. A cambio, el encomendero los educaba en el cristianismo y veía por ellos, una fórmula parecida al coatequitl con los aztecas y la mita con los incas.
Además de la explotación, las enfermedades y epidemias que los colonos llevaron al continente diezmaron a la población nativa, así que las potencias europeas optaron por llevar esclavos de África como mano de obra para el campo y las minas. El mestizaje derivado también estuvo presente en la colonización: los castellanos, por ejemplo, tomaban como parejas a mujeres indígenas para poder heredar sus posesiones.
El monopolio comercial de Castilla en América se rompería con el Tratado de Utrecht de 1713, que puso fin a la guerra de Sucesión Española y concedió ventajas comerciales a Inglaterra, como el transporte de esclavos. Francia o Países Bajos también adquirían mayor presencia en el Nuevo Continente. Con el tiempo, el eje económico, político y cultural en Europa giró del Mediterráneo al Atlántico Norte, y la comunicación entre continentes favoreció la globalización mientras en América surgían nuevas sociedades.