VIDEOS: Secta desarticulada en Argentina operaba bajo explotación sexual, incesto y promesas de reencarnación
Ofrecían clases de yoga pero, en realidad, reducían a sus miembros a la servidumbre y a la explotación sexual. Les ofrecían un tratamiento espiritual que culminaría con la reencarnación. Eran “los elegidos”.
Para ello, los separaban de sus familias, los drogaban, les exigían donaciones y lavaban ese dinero. Desde los años 80 comenzaron a acumular millones de dólares, lo que les permitió operar en EE.UU. y en Argentina. Consolidaron una poderosa y misteriosa secta.
Las 19 personas detenidas en la causa conocida como "Secta S.A.", denominada Escuela de Yoga Buenos Aires (EYBA), se negaron a declarar en los tribunales federales de Comodoro Py y se emitió un pedido de captura sobre otras cuatro que residen en Estados Unidos pic.twitter.com/cvBUPczNgD
— Televisión Pública (@TV_Publica) August 16, 2022
La organización fue desarticulada gracias a 50 allanamientos realizados en Buenos Aires y en los que se logró la captura de 19 personas. Conforme pasan los días, la conmoción crece ante el cúmulo de revelaciones que demuestran la impunidad (y la perversidad) con la que operaron durante tantos años.
El líder de la secta era Juan Percowicz, un hombre de 85 años que forma parte de la lista de detenidos y que exigía que lo llamaran ‘El Ángel’ o ‘El Maestro’. Desde principios de los años 90 fue acusado de captar a víctimas en la Escuela de Yoga de Buenos Aires. La causa, sin embargo, no prosperó. Lo mismo ocurrió con denuncias posteriores.
Y llego el día que espero hace más de 30 años…. pic.twitter.com/Q8bwrCuW0s
— Pablo G. Salum (@LEYANTISECTAS) August 13, 2022
La suerte se le terminó el viernes. Ahora, él y gran parte de sus cómplices esperan en la cárcel los avances de la investigación que encabeza el fiscal Carlos Stornelli.
Los detalles de la causa que ya han sido filtrados a la prensa, abruman. Revelan que la secta operaba con una estructura piramidal en la que el jefe máximo era Percowicz.
Sus subordinados se encargaban del ‘coacheo’ (captación y entrenamiento); el ‘geishado VIP’ (mujeres que debían sostener relaciones sexuales con políticos, empresarios o funcionarios judiciales que le garantizaban protección a la secta); o que manejaban ‘la cura de sueño’, es decir, que les suministraban drogas para controlar la voluntad de los ‘alumnos’ en una ‘clínica’ que no tenía autorización para funcionar como tal.
Modus operandi
En la supuesta ‘escuela’ organizaban orgías en las que hacían participar a menores de edad. También los obligaban a tener relaciones sexuales con sus padres o madres. Les decían que era parte de la ‘libertad’ y parte del camino que los llevaría a todos a reencarnar.
Al igual que otras organizaciones coercitivas, la estrategia consistía en atraer a personas en condiciones de vulnerabilidad emocional. Las alejaban de sus familiares que no estuvieran de acuerdo con las ‘clases’. Hubo casos en los que lograron sumar a familias completas a la organización.
También les pedían donaciones que iban de los 200 a los 10.000 dólares. El día del cumpleaños de ‘El Maestro’, a quien debían venerar, se les exigían aportes especiales. Según el expediente, las ganancias ascendían a medio millón de dólares mensuales. Eso les permitió expandirse a Las Vegas, Chicago y Nueva York, ciudades en las que compraron propiedades para lavar el dinero, al igual que en Buenos Aires.
Además, si uno de los alumnos fallecía, la organización maniobraba legalmente para quedarse con sus bienes.
Bienes, joyas y dólares
La riqueza de la secta quedo demostrada durante los allanamientos. Percowicz, por ejemplo, fue detenido en la lujosa casa en la que vivía en un barrio privado a las afueras de Buenos Aires, y en donde se le secuestraron valiosas alhajas y autos, y miles de dólares y pesos en efectivo.
Uno de los principales denunciantes de la causa es Pablo Salum, quien logró escapar de la ‘escuela’ cuando todavía era un adolescente. Antes de fugarse, logró recolectar fotografías que demuestran las orgías, los abusos, la servidumbre, la explotación.
Sus acusaciones han desatado un escándalo por otra vía, ya que aseguró que el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el fallecido fiscal del juicio a las Juntas Militares, Julio César Strassera; y varios miembros más de los respetados organismos de derechos humanos de Argentina, protegieron hace años a Percowicz.
Como prueba, se mostró un documento que todos ellos habrían firmado para defender al líder, al asegurar que era víctima de una campaña ansisemita.
Ahora, se espera que los personajes involucrados den explicaciones.