Viven, hablan y se toman fotos con muertos, inusual ritual en Indonesia

En América Latina, es muy común que la gente visite a su madre, su primo o su abuelo. La tradición de pasar tiempo con los familiares se repite en distintos países y contextos.
No obstante, hay lugares donde esta costumbre adquiere formas inesperadas y que pueden parecer algo siniestras desde una perspectiva occidental.
En Tana Toraja, una región montañosa ubicada en la provincia de Sulawesi del Sur, en Indonesia, esa práctica incluye una peculiaridad que a primera vista puede parecer desconcertante: la madre, el primo o el abuelo ya no son de este mundo, están muertos.
Mientras el cuerpo se mantiene en el hogar, los miembros de la familia lo alimentan simbólicamente, le hablan, lo cuidan, lo visten. Recién cuando se logra reunir la suma necesaria para organizar un funeral digno, se procede a la ceremonia. Este acto no es una despedida sino una transición. El funeral marca el momento en que el alma comienza su viaje hacia Puya, el mundo espiritual donde la existencia continúa en otra forma.
El ritual incluye procesiones, música tradicional y sacrificios de animales, especialmente de búfalos, ya que se cree que son éstos mamíferos los encargados de transportar el alma al más allá.
Las personas trabajan toda su vida a fin de ahorrar el dinero suficiente para comprar los búfalos, porque cuanto mayor sea el número de animales presentes en la ceremonia, más rápido será el paso de la vida terrenal a la espiritual.