Y las mujeres tomaron el poder…
Nueva York: Hablar de Brigitte Bardot, de su vida personal y de lo que impactó su figura en la muchachada que para el año en que mataron a Trujillo arribó a la pubertad, me ha empujado a enfocar a las mujeres desde otro ángulo más amplio y menos sensual de como la percibíamos para entonces.
En mi entrega anterior: Y Dios creó a la mujer…, me limité a recordar y expresar lo que sentíamos los mozalbetes de entonces por esa beldad cuasi divina; pero, hoy día el asunto es totalmente diferente; ni ella es lo que fue, ni nosotros la vemos como antes.
De modo que empezaré abordando el ascenso de Claudia Sheinbaum de México, la mas reciente mujer americana que llega al poder, o por lo menos al gobierno, y en uno de los países donde mas acentuado se siente el machismo medieval. Este empoderamiento de la mujer mexicana, sin dudas, impulsará la llegada de otras.
Como Kamala Harris, inmigrante como yo, de origen africano y desde luego mi candidata preferida, a pesar de que soy de pensamiento conservador.
Y en este punto, entiendo que debo dar alguna explicación sobre mi aparente contradicción, que tiene un motivo muy personal, pero también político. Empieza porque creo que Trump es un “outsider de la política”, que ha llegado hasta cierto nivel de popularidad por los errores y fallos de la propia clase política americana. Un empresario que busca satisfacer su ego personal convirtiendo USA en su “finca particular”.
Los acontecimientos de aquel 6 de enero de 2021 así lo demuestran y no pueden repetirse, ni en la intención ni en los hechos. Imagínese usted solamente, lo que hubiera sucedido si Michael Pence, a la sazón vicepresidente, hubiese seguido las instrucciones de su jefe y tratado de interrumpir el proceso de transferencia del poder, que este país tiene ya 250 años ejecutando.
Eso me lleva a apoyar a Kamala Harris, que es la única persona con capacidad de detener la nefasta vuelta al poder de Donald Trump. Además, tengo otra razón que es aún más personal, para respaldar la candidata demócrata. Yo asumo que como ella es descendiente de negros esclavos, como sucede conmigo, hay la posibilidad -un tanto improbable, admito- de que nuestros “abuelos” hayan llegado a América en el mismo barco negrero, provenientes de la madre Patria.
Por orgullo étnico y en homenaje a mis progenitores Mon Robles y Chea Heredia, quiero privilegiar la africanía que, sin dudas, me conecta con esta valiente mujer que hoy se esfuerza por cambiar el curso de la historia; y reiterar mi disposición de hacer posible que Kamala Harris sea la 47th. presidente de Estados Unidos.
Claudia es una pionera pero, fue precedida de una docena de damas que lograron vencer el círculo de discriminación y marginalidad existente a este lado del mundo: como Laura Chinchilla, Dina Boluarte, Isabel Perón, Violeta Chamorro, Cristine Kangaloo, Dilma Russeff, Mirella Moscoso, Paula-Mae Weekes, Xiomara Castro, Cristina Fernández, Sandra Mason, Silvanie Burton y Michelle Bachelet.
Otras seis ejercieron el mandato de forma provisional, designadas en momentos de crisis circunstanciales: Lidia Gueiler (Bolivia), Ertha Pascal-Trouillot (Haití), Rosalía Arteaga (Ecuador), Janet Jagan (Guyana), Jeanine Añez (Bolivia) y Claudia Rodríguez (El Salvador). Isabel Perón fue la primera mujer latina en ocupar la presidencia (sustituyó a su esposo muerto, Juan Domingo Perón) pero, Violeta Chamorro fue la primera elegida por el voto popular. Rosalía solo duró 2 días en el cargo, mientras que Janet cumplió casi 2 años al mando.
En el mundo, realmente hay más de 75 mujeres que han alcanzado la presidencia de sus respectivos países. Existen unas 45 damas que actúan como miembro de algún Consejo Directivo Superior, mientras que otras 30 han gobernado en representación de algún monarca o reinado.
Todas estas damas han aportado, según su convicción personal, tal y como lo han hecho los hombres. La diferencia es que son menos proclives a la práctica de la corrupción y mas sensibles a la justicia social; dos motivos mas que suficientes para elegirlas.
Inevitablemente, tengo que volver al ejemplo de Estados Unidos, el escenario que representa la más importante plaza en esta lucha por reconocer la importancia de esa mitad del mundo que es la mujer.Paradójicamente, la nación puntera en desarrollo y en el ejercicio de varios derechos ciudadanos, no ha logrado elegir una dama para el cargo de presidente.
Sin embargo, en la actualidad, la vicepresidente Kamala Harris aventaja a Donald Trump, por escaso margen en el voto popular, según dicen los sondeos menos comprometidos. En el voto electoral, que es el que decide realmente, Kamala aventaja a su oponente por unos 7 votos electorales (226 a 219 según la encuesta Siena/NY Times). Si la Vice logra mantener esas pequeñas ventajas que tiene en los estados considerados “swingers o bisagras”, de seguro ganará el evento de noviembre 5.
Pero, para lograr este sueño humanista, hay que emplearse a fondo y participar militantemente en el proceso que ya está justamente a tan solo 30 días.
¡Vivimos, seguiremos disparando!