Yariel Pérez y Ana Rosanna: en busca de sus sueños, hallaron la muerte durante viaje ilegal
Sus ganas de tener un mejor futuro y buscar mejores condiciones de vida para sus familiares llevaron a los banilejos Ana Rosanna Zapata, de 36 años, y Yariel Alfredo Pérez, de 27, a emprender un viaje irregular hacia México, desde donde pretendían dirigirse hacia Estados Unidos.
Sin embargo, ambos fallecieron en un accidente de tránsito ocurrido en un pueblo de México, cuando se dirigían en un autobús con aproximadamente 45 pajeros, de los cuales, 17 perdieron la vida.
A pesar de que sus familiares recibieron la triste noticia y acudieron a la Cancillería de la República a confirmar si realmente eran sus cuerpos, vía fotografías, estos aseguran que hasta que no les entreguen las pruebas de huellas dactilares no creerán que se trate de sus allegados.
Los cuerpos presentan múltiples golpes, especialmente en los rostros, y figuran un poco hinchados, de acuerdo con las versiones de sus familiares. Es por esta razón que aseguran estar confundidos al entender que con las imágenes se les complica identificarlos.
Yariel, un joven amante de las matemáticas
Con solo 27 años su deseo de ayudar a su familia lo tenía planificando el viaje “de sus sueños” desde hace meses. Era un experto en las matemáticas, y trabajaba realizando inventarios en algunos colmados del municipio Baní, provincia Peravia.
Yariel tenía dos niñas, para quienes trabajaba día y noche buscando que no les faltara nada.
La señora Santa indicó que en otras ocasiones su hijo había intentado hacer el viaje, sin embargo, no lo había podido lograr.
Agregó que este viaje fue rápido y que apenas pudo organizar un pequeño equipaje.
Su abuela Hilda Celeste lamentó que su nieto haya tomado la decisión de irse del país, donde perdió la vida. Asegura que siempre lo recordará por lo alegre, humilde y trabajador que fue.
Madre de Ana Rosanna: “Te llevas mi corazón contigo”
En la casa de Ana Rosanna se observaba un ambiente triste y desconsolador, donde los familiares ven esta tragedia como una pesadilla.
Entre llantos y sumergida en su dolor, la madre de Ana Rosanna, Santa Paula Brenón, gritaba que su hija se llevó su corazón con ella, tras no asimilar la noticia a la que se enfrenta.
Ana Rosanna se dedicaba cien por ciento a su familia, pero lo poco que cobraba trabajando en una tienda, no le alcanzaba para cubrir los gastos.
Según comentó su abuela, Dilcia Marcia Brenón, desde niña su nieta fue una mujer única y con buena disposición para hacer el bien.
«Ahora cómo me hago sin ella, ella era todo para mí. Tenemos la incertidumbre de no saber si está viva o no», agrega.
A pesar de que la información que se ha manejado es que está muerta, y que un familiar dice haber reconocido su rostro golpeado, por una fotografía en Cancillería, se rehúsan a creer que sea Ana Rosanna.
Familiares esperarán pruebas de huellas dactilares para asegurarse que los cuerpos que están en México pertenecen a sus allegados y, de ser ellos, poder proceder con los trámites necesario para el traslado al país.