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YOMARE POLANCO Abrió una Caja de Pandora 

"Ahora lo que está en juego es algo mucho más complicado y peligroso. El equipo legal del doctor Polanco, encabezado por el experto abogado Timothy Kolman, presentó  acusaciones ante una corte federal de Pennsylvania, de delitos que pueden calificarse de “lavado de activos”, bajo los requerimientos de la denominada Ley RICO (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act), RICO Act o Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Extorsión y persigue unos 35 delitos diferentes".
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Nueva York: Según la mitología griega, lo que abrió Pandora -por su gran curiosidad- no fue una caja sino, un ánfora o especie de tinaja; y para contar un relato más cercano a la fábula en cuestión, hay que hacer algunos ajustes a la narrativa, siempre en pos de evidenciar el paralelismo entre los supuestos hechos, tan sonoramente recogidos en el imaginario primitivo de la sociedad helénica antigua y los desafueros que se desprendieron del maltrato hecho a las aspiraciones de servir del doctor Yomare Polanco.

Primero hay que establecer que lo que se abrió -en el caso que nos compete- fueron urnas que estaban llenas de votos para Polanco, que no eran en forma alguna “todos los males del mundo” como nos cuenta el relato sino, por el contrario, allí estaban las esperanzas nuestras para sentirnos debidamente representados en el país. Al quemar dichas urnas, se desvanecieron las aspiraciones pero, descubrimos algo de más valor que las boletas escamoteadas. Lo bueno que nos queda de este vandalismo es la certidumbre de que ahora podremos analizar sin sonrojo alguno, el valor real del voto en el exterior.

Tal vez el título debía rezar: “Yomare Polanco puso el dedo en la llaga”, porque se hace evidente que a partir de este odioso incidente, los partidos políticos dominicanos están compelidos a rendir cuentas sobre todas sus actividades, las económicas y las de lobby político, como dice la ley; y desde luego, también tendrán que demostrarle al pueblo los beneficios que hemos recibido por votar en el exterior y por elegir tres diputados que no pueden representarnos positivamente aunque quieran y muy a pesar de las sobradas intenciones de doña Iris Familia, la única diputada que existe en la circunscripción #1.

Lo que me propongo al iniciar esta discusión es que empecemos a revalorar nuestras decisiones en función de los beneficios que nos han dejado. El voto en el exterior es fruto de los desvelos del doctor Peña Gómez y de algunos activistas criollos tratando de compensar a los emigrantes que dejamos el país en búsqueda de mejor suerte. Al día de hoy, sin embargo, es solo una fuente de corrupción, un limitante que dificulta la compactación de la unidad en torno a la Agenda Dominicana en el exterior.

En su momento, fue una decisión novedosa y esperanzadora, pero, con el tiempo, se ha podido confirmar que no aporta absolutamente nada al desarrollo de la comunidad dominicana que vive fuera del país. El dilema está planteado, que me citen una sola  conquista que nos haya aportado el proceso electoral a distancia; algo, por más simple que sea, que podamos registrar como beneficioso para nuestro bienestar.

Cuando el doctor Polanco lleva su caso hasta los tribunales de este país y acusa a los “supuestos responsables” de las tropelías cometidas en su contra, abre un capítulo muy peligroso para el activismo político criollo y no debe ser abordado con el mismo desinterés que se trató la denuncia en República Dominicana. La justicia criolla allá, se comportó de manera irresponsable, a pesar de que se comprobó la violación a una decisión del Tribunal Superior Electoral que ordenó el reconteo de los votos y mantener la “cadena de custodia” de las boletas emitidas.

Otro asunto que inexplicablemente se pasó por alto, fue la denuncia presentada por el doctor Polanco sobre una “supuesta malversación de fondos del erario público” que fue ejecutada por los funcionarios de la JCE, a pesar de que su valor podría sobrepasar los cinco millones de dólares.

Ya poco importa la candidatura arrebatada al doctor Polanco y los posibles millones de dólares robados al Estado dominicano por la llamada “mafia de Cruz Herasme desde la JCE”, porque la corrupción es endémica en el país y el Estado dominicano su cómplice, lo sabemos.

«Ahora lo que está en juego es algo mucho más complicado y peligroso. El equipo legal del doctor Polanco, encabezado por el experto abogado Timothy Kolman, presentó  acusaciones ante una corte federal de Pennsylvania, de delitos que pueden calificarse de “lavado de activos”, bajo los requerimientos de la denominada Ley RICO (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act), RICO Act o Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Extorsión y persigue unos 35 delitos diferentes».

 La Ley Rico entró en vigencia en octubre 15 de 1970 y desde entonces ha sido una de las herramientas más efectivas para combatir el crimen organizado, lavado de activos, corrupción y extorsión. Por el alcance de esta Ley Rico, se han metido a la cárcel a importantes figuras y organizaciones del bajo mundo, como Frank Animal, jefe de la Cosa Nostra, Anthony Salermo, de la familia Genovese; varios miembros de la Familia Gambino (perseguidos por Rudolph Giuliani), las empresas Microsoft y Best Buy fueron procesadas por conspirar en complicidad contra la privacidad de sus clientes, las firmas petroleras Chevron y BP, procesadas por daños causados por los derrames de petróleo y hasta la FIFA fue alcanzada por los brazos de este “pulpo legal”.

 Los señalados en la denuncia, resulten culpables o inocentes, no pueden darse el lujo de tratar el problema del doctor Polanco con el mismo desparpajo e irresponsabilidad que hasta ahora le han concedido a su denuncia. Y lo recomendable es que, en lugar “envalentonarse” y seguir irrespetando al doctor Polanco, al considerarlo como “un loco que no sabe lo que quiere y se resiste a perder”, busquen lo más pronto posible, los consejos de un abogado experto; porque podrían necesitarlos.

En estos dos años, el doctor Polanco y su equipo legal han tocado todas las puertas de las instancias de justicia en Quisqueya, desde el Ministerio Público, PEPCA, Tribunal Superior Electoral TSE, Cámara de Cuentas CCRD, JCE y Tribunal Constitucional TC. Pero todo resultó infructuoso y por eso acudió hasta esta Corte Federal del Distrito Este de Pennsylvania, donde el honorable Eduardo Robreno preside.

Para los fines de lugar: ¡La suerte está echada!

¡Vivimos, seguiremos disparando!

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