¿Qué hay detrás de los fideicomisos públicos en RD?
Santo Domingo, RD: Los fideicomisos públicos han demostrado ser altamente perjudiciales para los países que los han instrumentado, porque son herramientas fácilmente utilizadas para asaltar los recursos públicos de los países donde se implementan. Por ello, empezando por Europa, pasando por África y llegando a Latinoamérica, los países los están cerrando, porque han sido utilizados en alianzas público-privadas para desaparecer millones de dólares sin dejar rastro, como, por ejemplo, en México.
Los fideicomisos públicos son instrumentos financieros que prácticamente generan un gobierno paralelo que actúa de manera subrepticia y en contubernio con el empresariado corrupto que se apandilla con las autoridades para privatizar la mayoría de las instituciones públicas y desviar los recursos económicos sin dejar huellas.
Rompen todos los esquemas de controles y transparencia de las finanzas públicas y se colocan en rumbo de colisión con muchas ordenanzas constitucionales y la Ley Núm. 200-04 sobre libre acceso a las informaciones públicas. Por eso quieren acomodarlos en el Congreso, para luego destruir a través de ellos todo el sistema controlado de la administración pública. En otra palabra: Van a asaltar las arcas del Estado Dominicano sin pagar ninguna consecuencia, para eso se usan los fideicomisos públicos.
El pugilato que se ve en muchos sectores políticos, privados y legislativos, y que hoy se encuentra para su conocimiento en la Cámara de Diputados después de haber sido aprobado en el Senado de la República Dominicana. No es porque hay algunos que son mejores ciudadanos que otros. No, es porque bajo el esquema que el gobierno de Luis Abinader lo está planteando, los otros, no van a tocar nada del reparto de la “Vaca Nacional”. Por eso presionan para que la pieza legislativa no sea aprobada en la Cámara Baja.
Imagínese usted, el gobierno del presidente Luis Abinader, campeón mundial en endeudamiento público, capaz de tomar préstamos mayores a los 25 millones de dólares diarios, desde que llegó a Palacio en 2020, que le abran el grifo, sin que nadie lo vigile a través de unos fideicomisos públicos que propician todo tipo de irregularidades y vulnerabilidades, verdadero caldo de cultivo para que tenga luz verde sin control para endeudar el país sin tener que preocuparse, por ejemplo, del escrutinio de la Ley Núm. 340-06 y su reglamento sobre la supervisión de compras y contrataciones.
Son una especie de paraísos, no solo fiscales, sino que cuando el Estado se convierte en un fideicomitente, se transfieren cuantiosos recursos económicos a través de una fiduciaria para que los administre, la que libremente podrá desaparecer, sustraer esos recursos y en el peor de los casos, también el Estado a través de esas figuras jurídicas-financieras, también otorga el poder de endeudar la Nación sin tener que explicarle a nadie. Como sucedió en México, donde el presidente López Obrador ha cerrado muchísimos fideicomisos públicos, tras la desaparición de sumas multimillonarias del Estado.