UE y EEUU suscriben un acuerdo vacunar 70% población mundial
WASHINGTON, La Unión Europa y el Gobierno de Estados Unidos han llegado a un acuerdo con el que buscan «vacunar al mundo» y conseguir que el 70 por ciento de la población mundial esté inmunizada para 2022 a través de la expansión del suministro, la mejora de la coordinación en la entrega y la eliminación de los «cuellos de botella en las cadenas de suministro».
Así lo han anunciado desde la Casa Blanca y desde Bruselas, tras precisar que «acabar con la pandemia de COVID-19 a través de la cooperación mundial» sigue siendo su prioridad. «Es vital que persigamos agresivamente una agenda para vacunar al mundo», han indicado, ya que «la vacunación es la respuesta más eficaz a la pandemia».
En el marco de un diálogo regular sobre la cadena de suministro de vacunas, dirigido por el comisario europeo para el Mercado Interior, Thierry Breton, y el coordinador de la respuesta COVID-19 de la Casa Blanca, Jeff Zients, Estados Unidos y la UE han colaborado «estrechamente», a la vez que han aumentado «con éxito la producción» de vacunas, convirtiéndose en «líderes mundiales».
Según ha precisado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a través de su cuenta de Twitter, Washington y Bruselas coordinarán sus inversiones para «construir instalaciones de fabricación regionales», mientras que trabajarán para crear un nuevo Fondo de Intermediario Financiero para recaudar los «recursos necesarios para la seguridad sanitaria mundial».
En este sentido, von der Leyen ha indicado que los Veintisiete donarán 500 millones de dosis para mediados de 2022, mientras que «cada segunda dosis preparada en la UE se enviará al extranjero». El objetivo definido es vacunar al 70 por ciento de la población mundial para la celebración de la Asamblea General de Naciones Unidas de 2022.
El grupo de trabajo que salió de la cumbre entre Estados Unidos y la UE celebrada en junio se ha reunido esta semana en Washington para «finalizar la declaración de la misión», que se centrará en tres líneas de trabajo prioritarias.
La primera será supervisar las cadenas de suministro mundiales de las vacunas mediante la evaluación de la demanda y el suministro mundiales e identificar «cuellos de botella» y la segunda abordarlos junto a otros «factores perturbadores para la producción mundial de vacunas contra la COVID-19». Por último, coordinar las iniciativas para impulsar la producción mundial de vacunas.